Los vecinos buscan declararlo «Área de Protección Histórica» debido a «la particularidad de sus características arquitectónicas, sociales, históricas, culturales y medioambientales».
Vecinos del Parque Saavedra desarrollan la elaboración de un proyecto de ley que busca que ese espacio se convierta en un «Área de Protección Histórica» debido a «la particularidad de sus características arquitectónicas, sociales, históricas, culturales y medioambientales».
«Es necesario diseñar medidas que tiendan a la protección integral de su patrimonio y a la preservación de su identidad cultural», indicaron desde el grupo del barrio de Saavedra que busca la preservación del parque que se extiende por 94.000 metros cuadrados en los que se habitan decenas de especies de árboles y plantas.
Asimismo, el objetivo es elevar ante la Legislatura de la Ciudad la propuesta una vez que se encuentre terminada y, para ello, continuarán con las reuniones entre residentes del barrio en las siguientes semanas, así como también con diputados para intercambiar criterios. Por otra parte, el proyecto plantea la declaración como «bien integrante del patrimonio cultural» y su afectación como Área de Protección Histórica.
A la vez, en la Ciudad de Buenos Aires, la preservación del patrimonio cultural se encuentra regulado por la ley 1227, que establece entre sus categorías de aplicación a «los espacios públicos constituidos por plazas, plazoletas y boulevares cuyo valor radica en función del grado de calidad ambiental y homogeneidad tipológica espacial».
«El Parque Saavedra es parte de la identidad constitutiva del barrio», fundamentaron e indicaron que «al igual que en muchas otras partes de la Ciudad, en los últimos años la morfología de Saavedra se vio seriamente alterada por la innumerable cantidad de proyectos y emprendimientos inmobiliarios que se están ejecutando en la zona».
En tanto, los vecinos a la vez recordaron que en 2022, el Gobierno de la Ciudad presentó una iniciativa para crear en el Parque Saavedra «un arroyo artificial que siguiera por tierra el curso del Arroyo Medrano», en una obra que fue frenada por el rechazo de las vecinas y los vecinos al advertir «las consecuencias medio ambientales referidas a la contaminación y la alteración cultural, histórica y arquitectónica».