A diez años de la denominada “tragedia de Once”, familiares de las víctimas exigieron un “transporte público digno”. Hoy se cumple la primera década desde que una formación de la Línea Sarmiento colisionó contra los paragolpes de contención de la plataforma número dos de la estación de Once y dejó como saldo cincuenta y uno fallecidos y casi ochocientos heridos.
Un veintidós de febrero se produjo la conocida “tragedia de Once” en la que cincuenta y uno personas perdieron la vida y ochocientas resultaron heridas, después de que una formación de tren de la Línea Sarmiento colisionara contra los paragolpes de contención de la plataforma dos de la estación ya mencionada, en el barrio porteño de Balvanera.
Con la angustia del recuerdo y la pérdida de sus seres queridos, familiares de las víctimas solicitan que el mejor homenaje posible es “un transporte público digno” a efectos de que “no se vuelva a repetir” un hecho de gravísima magnitud. Paralelamente, renovaron el pedido de Justicia a través de un acto en la estación cabecera de la línea Sarmiento. «Justicia, justicia, justicia», pidieron entre aplausos los asistentes de la ceremonia que se llevó a cabo desde las ocho y treinta en la plataforma número dos.
«Pesan los diez años, hoy mi hijo tendría cuarenta y dos años y no tener su compañía, sobrellevarlo es pesado», expresó a la prensa Juan Frumento, el progenitor de Leonel, un hombre de treinta y dos años que era pasajero esa mañana el tren Chapa dieciséis de la línea Sarmiento.
A su vez, catalogó de “irreparable” la pérdida de su descendiente, y sostuvo que lo único «que podemos enmendar es lo que viene, que no ocurra lo mismo». “Ese sacrificio tendría que tener algún significado, el que yo le encuentro es que el transporte sea digno», ahondó.
Por otro lado, Paolo Menghini, papá de Lucas, el joven de diecinueve años que fue hallado sesenta horas después del choque, indicó a la prensa que «la tragedia de Once está en el inconsciente colectivo del país», en tanto remarcó el apoyo de la gente: “Nunca dejamos de sentirnos acompañados por la sociedad, desde el primer momento hasta hoy”.
Para concluir, soslayó que los pasajeros cuiden y valoren las unidades es un «gran homenaje a quienes se fueron” y a la “lucha” que siguieron sus familiares, mientras que hizo hincapié que el acompañamiento social «ayuda a convivir con el dolor, pero no cierra las heridas».