«Me enteré que les dieron la llave y me amargué mucho. La justicia tuvo 13 años para investigar lo que pasó. Nosotras contamos que los vimos en el taller, que los dueños sabían perfectamente lo que pasaba”, contó una damnificada.
La justicia de la Ciudad les devolvió a Daniel Alberto Fischberg y Jaime Geiler la posesión de la casa ubicada en la calle Luis Viale 1296, donde operaba el taller textil clandestino que se incendió en el año 2006, que provocó el fallecimiento de una persona de 25 años embarazada, dos adolescentes y tres niños.
El fallo de la justicia provocó la indignación de sobrevivientes y organizaciones que estuvieron pendientes de la causa judicial, dónde sólo fueron condenados los capataces del taller por los delitos de «reducción a servidumbre en concurso con estrago culposo seguido de muerte».
Juan Vásquez –perteneciente al colectivo Simbiosis Cultural, que nació posterior al incendio, y que a su vez integra la cooperativa textil Juana Vilca (en homenaje a la joven fallecida)- expresó: “Lo primero que queremos es ver condenadas a estas personas contra las que la Justicia se negó a avanzar a pesar de los testimonios (…) Y segundo, que (el espacio) se convierta en un lugar de formación y memoria para que no vuelva a ocurrir».
Con ese objetivo, sobrevivientes y organizaciones sociales de derechos humanos realizarán una asamblea abierta durante este miércoles a las 17.30 en la avenida Directorio 3909, barrio porteño de Parque Avellaneda, a los efectos de evaluar un plan de lucha.
La decisión de la justicia dispuso entregar a los dueños «en carácter definitivo» el inmueble sito en la calle Luis Viale 1269/1271, y «la totalidad de las máquinas, mercadería y demás efectos muebles que aún quedan en el interior del taller emplazado en ese domicilio en carácter de depositario judicial».
Uno de los letrados querellantes, Gabriel Chamorro, expresó a la presna que la reciente devolución de la propiedad está vinculada al sobreseimiento dictado en mayo pasado por el juez Alberto Baños. En tal sentido, fue en el preciso momento que el titular del Juzgado Criminal y Correccional 27 sobreseyó a Fischberg y a Geiler, dueños de las empresas de marca para las que trabajaba el taller textil, porque atribuyó que no había elementos probatorios de que los propietarios conocieran la situación del taller.
«El tribunal (que en 2016 había condenado a los encargados) había ordenado investigar a los dueños después de la sentencia contra quienes dirigían el emprendimiento, porque en el juicio aparecieron nombrados. Los testimonios hablaban de que conocían la actividad que se llevaba adentro del taller. Los vecinos los conocían y era imposible que desconocieran la situación de irregularidad de quienes vivían ahí, porque había sido habilitado por los dueños para cinco máquinas y les estaban vendiendo una producción que no podía reflejar el trabajo de cinco personas», lamentó Chamorro, quien dijo que «hubo argucias legales como la cesión a favor de los hijos, que los beneficiaron».
«Me enteré que les dieron la llave y me amargué mucho. La justicia tuvo 13 años para investigar lo que pasó. Nosotras contamos que los vimos en el taller, que sabían perfectamente lo que pasaba, y sin embargo no pasó nada», contó Lourdes Hidalgo, sobreviviente del incendio ocurrido el 30 de marzo de 2006.
Ese día, un cortocircuito provocó el incendio dentro del taller clandestino, donde vivían más de 60 personas de las cuales 38 eran menores de edad y trabajaban en condiciones de total esclavitud.
La tragedia de Luis Viale dejo como saldo la vida a Juana Villca Quispe, Wilfredo Quispe Mendoza, costurero (15 años), Elías Carbajal Quispe (10 años), Rodrigo Quispe Carbajal (4 años), Luis Quispe (4 años) y Harry Rodríguez Palma (3 años).