Existirán mejoras y reparaciones en la Ex-ESMA y se prevé que alcancen paralelamente a los siguientes lugares: el Atlético, ubicado en el barrio porteño de San Telmo; El Faro, en Mar del Plata; la Escuelita de Famaillá, en Tucumán; y la construcción de un espacio en Campo de Mayo.
El ejecutivo nacional, mediante la Secretaría de Derechos Humanos y el Ministerio de Obras Públicas, reparará los sitios de memoria como la Ex ESMA; el Atlético, de San Telmo; El Faro, de Mar del Plata; la Escuelita de Famaillá, en Tucumán; y la construcción de un espacio en Campo de Mayo.
En estos lugares de memoria se observan goteras, filtraciones, ventanas rotas, árboles derrumbados sobre mampostería. Es que el transcurso del tiempo, la ausencia de recursos y la certeza de que “sin presupuesto no hay política pública de la memoria que funcione”, afirman los trabajadores de los sitios de memoria que padecen estas urgencias de mantenimiento y que por estos días celebrarán el hecho de que, en hora buena, el Estado puso manos a la obra.
El viernes anterior se inició la licitación para atender el primer pliego de arreglos y mejoras en la ex ESMA, el primero de los 7 sitios de memorias que funcionan en donde durante último el terrorismo de Estado en la República existieron centros clandestinos de detención, que será beneficiado con el programa “Construir Memoria”. Se estima que las obras abarquen a su vez a los sitios El Faro, de Mar del Plata; la Escuelita de Famaillá, en Tucumán; el Atlético, en Ciudad de Buenos Aires, y la construcción de un espacio en Campo de Mayo.
“Todos los sitios tienen sus cosas para atender, son espacios muy viejos que en los últimos años, sobre todo durante el gobierno anterior fueron afectados”, refirió a la prensa local la directora nacional de Sitios y Espacios de Memoria, Lorena Battistiol. Empleados y empleadas de esos lugares, así como referentes de organismos de derechos humanos, sobrevivientes y familiares de víctimas y otras agrupaciones, comprometidos con la existencia y persistencia de aquellos espacios afirman desde hace años reclamos para que el Estado distribuya recursos humanos y económicos para su preservación, algo que finalmente parece que empieza a ocurrir.
Desde Obras Públicas, la titular de Relaciones Institucionales, María Pía Vallarino, indicó a la prensa: “el Ministerio se pone al servicio del trabajo que vienen haciendo las distintas organizaciones de derechos humanos en cada territorio, de construcción de la memoria colectiva”, en cuanto a los hechos que tuvieron lugar durante la última dictadura cívico militar.
Los seis sitios que funcionan bajo la órbita de la Dirección Nacional de Sitios y Espacios de Memoria –El Faro, Escuelita de Famaillá, Club Atlético, Olimpo, Automotores Orletti y Virrey Cevallos– se beneficiarán con las labores de puesta en valor, de igual modo que la ex Esma, la escuelita de Bahía Blanca y Campo de Mayo, que será construido desde sus cimientos.
Desde la Secretaría de Obras Públicas estiman, al día de hoy, un desembolso de alrededor de ochocientos sesenta millones de pesos.
“Todos los espacios se abrieron a pulmón, con el empuje, la lucha, la insistencia de la sociedad civil”, recordó a los periodistas Ana Pecoraro, hija de desaparecidos y miembro del colectivo Faro por la Memoria y coordinadora del Espacio para la memoria que se desarrolla en el lugar donde hubo un centro clandestino en la ciudad de Mar del Plata. En el contexto de esa historia de lucha es que Pecoraro celebra el comienzo de este programa de “reparación histórica” que “viene a saldar una deuda” con los familiares y sobrevivientes, los organismos, con las y los trabajadores. “Nosotros podemos resolver algunas cosas a pulmón, pero otras no. Somos quienes ponemos el cuerpo, pero no hay política pública sin presupuesto y sin trabajadores. Con voluntarismo se sostienen en el corto plazo”, finalizó.