Luego de cuatro meses, las peluquerías de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, abren nuevamente sus puertas con turnos, modernas rutinas y siguiendo protocolos estrictos.
Desde este miércoles y luego de permanecer durante cuatro meses a puertas cerradas, las peluquerías de la Ciudad de Buenos Aires abren sus puertas. Trabajaran con la modalidad de turnos programados para evitar la propagación del virus. Usarán alfombras sanitizantes, protectores de plástico para los objetos personales, pulverizadores de desinfectantes y una declaración jurada para poder ser atendidos. En la declaración certifican no tener síntomas durante los últimos quince días.
Los trabajadores del rubro alertan que esta modalidad de trabajo ya está siendo usada en los distritos que se encuentran en fases avanzadas. Y se muestran muy óptimos con los resultados. En la Ciudad de Rosario, por citar alguna localidad, las peluquerías se encuentran abiertas hace más de setenta días y no existe ningún reporte de contagio con origen en salones de belleza, como así tampoco hubo algún peluquero que haya contagiado a un consumidor.
Se estima que en AMBA, anteriormente a la emergencia sanitaria, existían quince mil peluquerías dónde empleaban a ocho mil trabajadores. Lamentablemente, gran cantidad de salones no resistieron el cierre y tuvieron que cesar sus actividades, en tal sentido, no se sabe el número actual. Más allá de los cambios y las modificaciones en las rutinas, uno de los grandes inconvenientes que atraviesa el rubro es que aproximadamente el cuarenta por ciento de los agentes de las peluquerías reside en el conurbano bonaerense, y no van a poder usar el transporte público para acudir a la ciudad.
«Me gusta innovar, no solo en peluquería; soy loco de naturaleza. Hace meses, cuando me di cuenta que esto era complicado y venía para largo, me puse a trabajar con un ingeniero en el re-diseño de todo el salón», expresó Alejo Cabello, peluquero y dueño de un salón de belleza en el barrio porteño de Palermo de la Ciudad de Buenos Aires.