Un grupo de mujeres que fueron desalojadas en el barrio treinta y uno marcharon al parlamento porteño y denunciaron amenazas por parte del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Posteriormente al violento operativo que terminó con sus casillas incendiadas, las mujeres marcharon durante la jornada de hoy al parlamento porteño en busca de exigir una solución habitacional de forma “definitiva”.
En la tarde de hoy, las mujeres y familias de la toma «La Fuerza de Mujeres» de Barrio Mugica (ex Barrio treinta y uno) se movilizaron este lunes a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y a Plaza de Mayo en rechazo al desalojo que padecieron el jueves pasado. Ahí, exigieron soluciones habitacionales «definitivas» y denunciaron que recibieron amenazas por parte del ejecutivo de la Capital Federal.
«Me dijeron que si no iba al alojamiento me iban a sacar a mi hija, si me quedaba en la calle». En diálogo con FM La Patriada, denunció: «¿Por qué me van a sacar a mi hija si yo no estaba en la calle? Si estoy luchando por darle un techo. No tienen el derecho de hacer eso. ¿Por qué no se acercaron antes de desalojarnos? A dialogar, a asesorarse, a ver cómo estaba la familia, qué era lo que realmente necesitábamos», expresó Andrea, una madre de la toma presente en la manifestación a la Legislatura Porteña y a Plaza de Mayo.
Además, agrego: «lo único» que ofrecieron desde el gobierno porteño fue el Plan Habitacional a lo que respondió: «No queremos la habitacional, queremos una solución definitiva, un techo digno para nuestros hijos, para la familia, para todos nosotros». «No queremos un subsidio, que es lo que vinieron a ofrecernos. Queremos pagar para vivir bajo nuestro techo, no cobrar por vivir en un alquiler», sentenció la representante de La Fuerza de Mujeres.
En la marcha exigieron, otra vez, abrir una mesa de diálogo con el Gobierno de la Ciudad ya que «somos más de ochenta mamás solteras, queremos luchar por una vivienda digna. Queremos una mesa de diálogo para poder dejar en mesa lo que buscamos realmente».
Otro de los argumentos fue que desde que fueron desalojadas ninguna madre pudo volver a «alquilar» porque «los dueños de las casas dentro de la Villa treinta y uno no nos quieren alquilar porque tenemos hijos». «Así que todavía ninguna de las mamás que estábamos ahí, que somos más de cien familias y casi doscientos chicos, hemos podido salir de este agujero negro que nos echaron», consignó.