Según determinó un informe de la organización no gubernamental “Defendamos Buenos Aires”, que responsabiliza la migración a los desorbitados aumentos de alquileres y expensas. Durante el primer semestre del corriente año, existieron 78 mil movimientos en total.
En tal sentido, más de 600 personas se mudaron diariamente durante el mes de Junio desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires al Conurbano bonaerense, de modo que, un total de 18 mil migraciones durante el pasado junio, movilizados por alquileres que aumentaron significativamente en la capital de la Argentina y expensas que se tuvieron un alza de hasta un 140% en algunas comunas de la CABA, conforme a una investigación llevada adelante por la organización no gubernamental “Defendamos Buenos Aires”.
La información surge de la Encuesta Semestral de Inquilinos que desarrolla la organización, y determinó que durante el primer semestre del 2019, existieron 78 mil ciudadanos que se mudaron desde la Ciudad a la Provincia de Buenos Aires, a los efectos de encontrar un lugar que sea más accesible a nivel económico.
«Finalizamos el primer semestre de 2019 con 78 mil que puntualmente dejaron la casa o el departamento que alquilaban en la Capital Federal para marcharse a un inmueble de similares características e igualmente alquilado en San Martín, Vicente López, Lomas de Zamora, Ramos Mejía o Morón, los cinco barrios del Conurbano que recibieron más del 90 por ciento del éxodo porteño», contó Javier Miglino, director de la entidad “Defendamos Buenos Aires”.
En tanto, enfatizó que «el barrio que más perdió inquilinos fue Palermo, con 48 mil locatarios menos, en un fenómeno de movimientos de inquilinos que no solo abarca a las viviendas sino que también golpea a las oficinas y al comercio, toda vez que durante el primer semestre de 2019 cerraron más de 500 locales, equivalentes al 10 por ciento del total de los inmuebles comerciales». Y dijo que «le siguieron Liniers, Flores, Almagro, Puerto Madero, Las Cañitas y Villa del Parque, con un promedio de 5 mil personas cada uno».
A las consultas sobre los motivos que determinaron esta migración, el dirigente de la ONG lo atribuyó a «la duplicación en el valor de los alquileres, que pasaron para un monoambiente en Palermo o Belgrano desde los 8 mil a los 16 mil pesos, así como el aumento de luz, gas y agua».
Paralelamente, otros de los datos determinantes fue lo que sucedió con las expensas. «En los barrios más pobres de la Capital Federal como Barracas, Almagro, Constitución y Pompeya subieron un 140 por ciento, un poco menos que en los más ricos como Belgrano, Puerto Madero, Palermo y Recoleta, donde el incremento llegó al 100 por ciento», explicó Miglino.
De modo que, delimitó: «Hoy no hay ningún edificio que con portero y administrador baje de los 4 mil pesos. Si a eso le sumamos seguridad privada, se va a los 5 mil y, si tiene amenities, tales como piscina o SUM para fiestas y eventos, el valor se acerca a los 10 mil, lo que equivale a pagar un segundo alquiler».
Motivos del Cambio
El miembro de “Defendamos Buenos Aires” refirió que en la Provincia de Buenos Aires estos valores se modifican sustancialmente. «En barrios como Banfield, Vicente López, San Martín, Ramos Mejía y Morón, la mayoría de las expensas mensuales por departamentos en edificios de propiedad horizontal no llegan a los 2 mil pesos, cuando el mismo departamento en Palermo pagará 8 mil y en 9 mil en Belgrano», reveló.
En esta dirección, no lo tomó por sorpresa la decisión de los vecinos de modificar su hábitat: «Entonces puede entenderse que la gente prefiere cambiar a los chicos de colegio, pagar una mudanza e invertir en los gastos de una nueva locación, porque en pocos meses más que compensa el cambio».
Miglino se mostró optimista para lograr revertir la situación de migración en masa, dado que emergió una moderna modalidad de contratación. «En la actualidad los ‘alquileres estrella’ en las zonas más caras de la Capital Federal como Belgrano, Puerto Madero, Palermo y Recoleta son los denominados ‘todo incluido’, es decir que tienen alquiler, expensas, factura de AYSA (agua y cloacas), ABL y en algunos casos la factura de luz y gas, con consumo controlado», manifestó.
Y agregó: «De ese modo el inquilino sabe que, aún comenzando con un monto alto, podrá sostener la locación hasta el final del contrato e incluso renovarlo, porque en caso de acaecer un nuevo tarifazo, será el propietario quien cargue con los aumentos».