Durante el pasado fin de semana ocurrió un hecho que conmocionó a todo el mundo, dónde un grupo de diez jugadores de rugby, asesinó a golpes a un joven vecino del barrio porteño de Recoleta. En el día de hoy se realizó una misa en recuerdo de Fernando Baez Sosa. Durante la jornada de ayer se llevo a cabo el velorio y a primera hora de este lunes se procedió a brindar una misa en el instituto marianista de la comuna seis, y posteriormente su entierro en el Cementerio de la Chacarita. En medio de la crisis por la pérdida de Fernando, familiares, amigos y vecinos del barrio volvieron a pedir que se haga justicia, luego de que la autopsia arrojo como resultado que el joven Baez Sosa falleció como producto de un grave traumatismo encéfalo craneal.
Un grupo de diez jugadores de rugbiers le pegaron brutalmente a Fernando Báez Sosa, hasta matarlo. El joven, oriundo del país hermano de Paraguay, tenía diecinueve años y se encontraba en la puerta del boliche bailable “Le Brique”, en la localidad de Villa Gesell durante el pasado fin de semana. El domingo pasado se hizo el velorio en el centro geométrico de la Capital Federal, donde familiares, amigos y vecinos volvieron a pedir justicia. «Estamos destrozados. Era nuestro único hijo, el futuro de la familia y lo hicieron pedazos. Estamos muy dolidos, no sé cómo estoy parado. Se ve que mi hijo me está dando la fuerza», contó su papá a la prensa.
Hoy el joven fue despedido con una misa en su escuela, el Colegio Marianista de Caballito, y luego los trasladarán al cementerio de la Chacarita. A la ceremonia se acercó un centenar de personas que siguieron la misa de pie. Se hizo presente la novia de Fernando que no habló con la prensa. La madre de la joven relató: “Era un chico bueno, deportista, tranquilo… y mi hija está destrozada, realmente no sé cómo la voy a sostener”. Ambos cursaron y aprobaron todas las materias del Ciclo Básico Común a lo largo del 2019 y habían decidido anotarse en la carrera de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y se preparaban para afrontar la carrera.
En tanto, la mamá del joven, de nombre Graciela, afirmó: “Fernando era mi todo, mi vida, no tengo palabras, era todo, buen hijo, no puedo creer lo que nos pasó, un par de asesinos me arrebataron a mi niño. Que se haga justicia, a mi hijo lo cagaron a golpes hasta matarlo”.
Por el momento, existen once detenidos por el hecho que concluyó con el fallecimiento de Báez Sosa. Diez de estos fueron atrapados en un chalet de la localidad de Villa Gesell en la costa argentina, ellos son: Matías Franco Benicelli (20); Ayrton Michael Viollaz (20); Máximo Pablo Thomsen (20); Luciano Pertossi (18); Ciro Pertossi (19); Lucas Fidel Pertossi (20); Alejo Milanesi (20); Enzo Tomás Comelli (19); Juan Pedro Guarino (19) y Blas Cinalli (18). Por su parte, el onceavo apresado es Pablo Ventura (21), quien fue interceptado en la localidad de Zárate y a quien el resto de los imputados señalan como el principal responsable.
El fiscal a cargo de la investigación, Walter Mercuri, perteneciente a la UFI Nº 8 de la localidad de Madariaga y su par, la Dra. Veronica Zamboni, perteneciente a la UFID N°6 de la localidad de Villa Gesell, se encuentran trabajando en la causa que se encuentra caratulada como “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”, tratan en lo inmediato de verificar si Ventura fehacientemente se encontraba en la localidad de Villa Gesell.
La autopsia médica ratificó que Fernando Baez Sosa murió como consecuencia de un traumatismo grave de cráneo, un golpe muy prominente en la cabeza que le ocasionó un sangrado interno y el fallecimiento en el acto. Mientras que diez de los once jugadores de rugby acusados del homicidio se negaron a prestar declaración indagatoria ante la fiscal que interviene en la causa, Dra. Verónica Zamboni. Los jugadores del rugbiers habían sido derivados desde la localidad de Madariaga hacia la fiscalía de la localidad de Villa Gesell.
En tanto, el imputado Ventura, que fue apresado en la localidad de Zarate, brindo declaración indagatoria en el día de la fecha y hasta el momento continúa incomunicado. El joven de veintiuno años fue marcado por el resto de los imputados como principal partícipe del hecho, por el contrario, sus familiares aseguran que al momento del desenlace se encontraba en la localidad de Zárate.