Dr. Diego Maggio, abogado especialista en derecho de familia, infancia y derecho internacional privado, explicó que a raíz de su participación, intervención y asesoramiento en resonantes casos de sustracción internacional de menores, y diferentes delitos relacionados en materia de familia, como la obstrucción de vínculos de los menores con su entorno familiar y social, fue el promotor de modificaciones y cambios de legislación a través de innumerables escritos jurídicos, cartas al mismísimo reino de Holanda, a primeros ministros, y a su santidad el papa francisco, resaltando siempre el interés superior del niño, el respeto , el efectivo cumplimiento a las convenciones y pactos internacionales y la adhesión por parte de los países que aún no han subscripto o adherido a la convención de la haya y de los derechos del niño, entre otras.
En colaboración con diversas organizaciones y agrupaciones de familiares (padres/abuelos) que luchan y bregan por el derecho a la fundamental continuidad de ese vínculo indisoluble, mucho más difícil y complicada es la situación cuando se habla de la distancia, cuestiones culturales, cuando el conflicto involucra además diferentes países, idiomas, legislaciones, y como si fuera poco, el letrado y colaboradores terminaron luchando contra la lógica resistencia a lo que los países involucrados en un conflicto consideraban una imposición de costumbres o derechos, con lo cual se siguen proponiendo reformas y modificaciones administrativas y legislativas en diferentes países de Latinoamérica y Europa.
“Con el mayor respeto que se merecen las legislaciones de todos los países del mundo, en algunos casos, encontrábamos cierta postura antigua o conservadora que colisionaba en cierto modo con lo establecido en el resto de los países vecinos. en determinados lugares como Aruba, quien depende del reino de Holanda y los países bajos, no lográbamos entender, ni los abogados, ni los periodistas, ni los propios funcionarios de las autoridades centrales, ni de las propias embajadas, como no había suscripto o adherido a la renombrada convención de la haya, cuyo origen, debate y sede central se encuentra en la propia Holanda”.
En algunos países, por diversas cuestiones, entendibles o no, aún no se les reconoce en forma automática ciertos derechos a los progenitores varones si no están casados, entendiendo esto un acto no sólo discriminatorio, sino inequitativo y generador de conflictos.
En otras situaciones, increíblemente se “cosificaba” a los menores no solo en escritos administrativos o judiciales, sino en los propios regímenes migratorios. Latinoamérica ha madurado en materia de menores, pero el constante y creciente aumento de conflictos que involucran menores, en diferentes países, debe llamar urgente la atención no sólo de los gobernantes, sino de las organizaciones internacionales pertinentes con competencia en la materia.
Por ello, y a la distancia, manifiesta que “celebro todos los días que pudimos “romper” el bloqueo mental que tenían en ciertos estamentos no sólo gubernamentales, sino en la propia sociedad que pese a que tiene diferentes costumbres, está comenzando a despertar. todos poco a poco fueron y van descubriendo que tenían un amigo, familiar, vecino o conocido con esta problemática. de igual modo se fue incrementando, entre otras cosas a raíz del confinamiento por la pandemia, en forma alarmante la violencia y abuso de menores, tema que ahora resuena en los pasillos gubernamentales”.
Recientemente el presidente de la corte holandesa ha manifestado su deseo de que las convenciones para los niños también apliquen a Aruba, curazao y St. Marteen.
Para finalizar, el Dr. Maggio, destacó una frase que manifiesta lo caracteriza, llama la atención y se lo reconoce en diferentes países en los que participa y colabora en seminarios, congresos y posgrados: “la sola teoría y la letra fría de los convenios, tratados o convenciones y su simple suscripción o adhesión no sirve. sin la puesta en práctica y el efectivo compromiso de los gobernantes, y cumplimiento de los pactos, es lo que va a llevar a una sociedad no sólo más justa, sino más madura, pacífica y entender de una buena vez de que hablamos cuando decimos el interés superior del menor”.