El proyecto impulsado por la Secretaría de Ambiente, es complementada con encuentros sobre educación ambiental y la creación de puestos de trabajo para recicladores.
Con una iniciativa llevada adelante por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Fundación Botellas de Amor se logra transformar los residuos plásticos en madera, moviliario, y juegos para niños.
Este proyecto se completa con otras dos metas más ambiciosas: educación ambiental en las escuelas y creación de puestos de trabajo para recicladores.
“En las botellas de amor podemos poner paquetes de fideos, de snacks, de alfajores, de galletitas. Todos esos plásticos hoy en día no cuentan con mercado de reciclaje y se pueden reintroducir de vuelta en el proceso productivo para transformarse en nuevas cosas”, manifiesta Jaqueline SchellDelon, subgerente de Residuos Especiales Domiciliarios de la Secretaría de Ambiente, desde un punto verde móvil situado en el Parque Las Heras.
Asimismo, en el momento en que la botella se encuentra completa de esos residuos, solo queda consultar en la web dónde se ubicael punto verde móvil más próximo y allí se puede depositar.
Por otra parte, el proceso de transformación se realiza en la planta que la empresa 4E Madera Plástica, en Bernal. Justamente, hasta ese sitiollegan las botellas de amor -envases rellenos con residuos plásticos de consumo diario- que los vecinos y vecinas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires entregan en los puntos verdes móviles que tiene la Secretaría de Ambientedel distrito.
A la vez, una vez dentro de la fábrica, las botellas llegan a mano de los recicladores, quienes las abren para separar el envase de PET (que más tarde volverá a convertirse en botella) y el resto de los residuos plásticos: paquetes de galletitas, snacks y fideos; cepillos de dientes; máquinas de afeitar sin el cabezal, entre otros.
La etapa que sigue es clasificar ese contenido, separarlo y someterlo a un proceso que transforma al plástico en una especie de papel picado. Luego, esa mezcla pasa por una extrusora que la calienta hasta volverla maleable, como si fuera una gran masa de plastilina
Para finalizar, el material se inyecta en moldes de hierro que son enfriados en una pileta y le dan forma de machimbres, listones de diferentes medidas y postes.
Por otra parte, en la carpintería se llevan a cabo las terminaciones que permitirán utilizar esa madera plástica (más resistente a la corrosión, a la humedad y a las plagas que la real), para construir muebles, maceteros y juegos de plaza para los más pequeños. Paralelamente, en tablones como los que se utilizan para renovar el piso del Puente de la Mujer, en Puerto Madero, y en otros mobiliarios urbanos obtenidos mediante un convenio de intercambio con la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires.
¿ Cómo se pueden utilizar los residuos plásticos?
“El proyecto nació en 2017 a partir de una crisis personal. Había trabajado siempre en relación de dependencia y sentía que tenía que dejar un legado a mis hijos. Un por qué. A partir de ahí surge la idea de ver qué estaba pasando con un plástico de un solo uso. Vimos que no se estaba reciclando y que, en el mejor de los casos, terminaba un municipio barriéndolos. En el peor de los casos terminaba contaminando el mar o incinerándose”, comenta Daniel Hartman, fundador y CEO de 4E Madera Plástica, donde hoy día se procesan 60 toneladas de plástico en forma mensual.
Asimismo, la empresa empezóa funcionar en 2018, con preferente atención puesta en la cuestión ambiental y también en lo social. “En el ambiental tenemos una doble función: retirar los plásticos del medio en el que vivimos para que no contaminen y transformarlos en madera plástica; y evitar la tala de árboles. Con respecto a lo social, a través de la fundación que está aliada con nosotros, brindamos un sistema de intercambio donde esos plásticos que recolecta la comunidad vuelven transformados en bienes”, indica Hartman.
A la vez, la 4E quiere favorecer la inclusión social. “El único requerimiento para trabajar acá es tener ganas. Es lo único que pedimos”, comenta su fundador. Asimismo, la empresa cuenta con 32 empleados.
Por otra parte, el doble propósito se completa con las acciones llevadas a cabo desde la Fundación Botella de Amor. “Una de las actividades principales del proyecto es la educación y concientización ambiental, dirigida a toda la comunidad. Se realizan charlas, talleres y capacitaciones, tanto de manera presencial como virtual, en escuelas, clubes, organizaciones. De las cuales ya han participado más de 19.000 personas comprometidas por el cuidado del planeta, listas para seguir propagando y replicando los buenos hábitos”, resalta Nicole, miembro de la fundación que en 4 años de trabajo ya lleva recolectados 586.700 kilos de botellas de amor.
Paralelamente, las instituciones escolares escuelas a la vez, participan del proceso de reciclado. Asimismo, entre 2018 y 2022 los colegios entregaron 24.500 kilos de plásticos post.
¿Qué se puede colocar en las Botellas de amor?
En lo que ya va del 2022, la Secretaría de Ambiente recolectó en todos los puntos verdes móviles que posee la Ciudad de buenos Aires, más de 4,5 toneladas de plástico mediante las botellas de amor. Ese valor alcanza a 25 toneladas desde que se organizó el programa, en el año 2019.
Asimismo, los vecinos y vecinas que deseen sumarse a éste proyecto deben utilizar una botella y rellenarla de plásticos comprimidos. Por otra parte, se recomienda empujar con una cuchara o un palo de madera. Se entiende que una botella de 1,5 litros debe pesar aproximadamente 500 gramos.
A la vez, dentro del envase se colocan plásticos de un solo uso, como envoltorios de comida, bolsas de supermercado, tapas plásticas, sorbetes, vasos, cubiertos y platos descartables, paquetes de fideos, arroz, legumbres, bolsas de supermercado, paquetes de galletitas, pan, alfajores, entre otros.
Asimismo, pueden incluirse paquetes de papel higiénico, rollo de cocina y toallitas femeninas, blister de remedios, sachets de leche, papel film, repuestos de productos de limpieza, etiquetas de botellas y cepillo de dientes. A la vez, todo debe permanecer limpio y seco.
Por otra parte, no van dentro de las botellas de amor: papel, cartón, globos, metal, arena, vinilos, telgopor, guantes de latex, radiografías, esponjas, aluminio, paquete de yerba, tierra, tetra pack y telas.
Paralelamente, los puntos verdes móviles receptan además pilas, aceite usado de cocina, aparatos eléctricos y electrónicos, cartuchos de tinta y tóner, tela friselina y lámparas en desuso.
Asimismo, las botellas de amor también pueden entregarse en los 75 Puntos Verdes Fijos con los que cuenta el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires, 51 de ellos situados en parques y plazas.