Dialogó con la prensa la pareja de la ciclista atropellada en los Bosques de Palermo: “Fue un asesinato”, expresó. Luis Ceccato, pareja de Marcela Bimonte, relató cómo se originó el siniestro y reclamó justicia. Asimismo, contó un crudo relato de los hechos: «Le intentaba sacar la sangre de la boca, no podía respirar», lamentó.
La ciclista Marcela Bimonte, de sesenta y dos años, falleció tras ser embestida en los Bosques de Palermo por José Carlos Olaya González. Su pareja, Luis Ceccato expresó que el accionar del conductor es «un asesinato» y reclamó que «los culpables paguen como corresponda, que no haya nada que los pueda deslindar de la responsabilidad».
Ceccato estaba con Marcela en el momento en que se produjo el accidente, cuando un rodado marca Ford modelo Focus de color Rojo impactó contra los transeúntes. “Alguien decía que esto fue un masacre. Esto no fue un accidente de tránsito. Yo no sé si estaba loco o borracho, pero venía a una velocidad terrible. Nosotros no íbamos por la avenida, íbamos por la bicisenda de la mano que nos corresponde. Fue un asesinato», sostuvo el marido de la víctima fatal en declaraciones a la prensa local.
También, brindó un feroz relato de lo que presenció: «Veníamos pedaleando por la bicisenda, yo venía adelante y ella venía atrás, había otros ciclistas. De repente, apareció el auto este que se cruzó directamente, venía a las chapas. Atropelló a alguien adelante, porque después vi que había alguien tirado».
«Se llevó por delante un cartel, que con las chapas del cartel me cortó el brazo, la pierna y los golpes que tengo en las costillas. Caí yo, muy ensangrentado estaba. Lo primero que hice fue gritar por ella: ‘Marce, Marce’. Y no me contestaba. Fui atrás del auto y la vi a ella tirada inconsciente, estaba mal. Otros ciclistas que pararon y llegó la Policía», soslayó Ceccato.
Y adicionó: «Yo vi que gritaban: ‘No se escapen, no se escapen’, pero yo estaba al lado de ella, tratando de sacarle la sangre de la boca, no podía respirar».
«Circulábamos nosotros con todos los elementos de seguridad, con cascos y guantes, salimos con luces, somos respetuosos de las leyes de tránsito. Somos extremadamente precavidos. Íbamos despacio, mirando, no esperábamos que se nos tirara una auto arriba», finalizó.