A pesar del rechazo de la comunidad educativa, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires defendió la reapertura de los colegios para niños sin conexión a internet
Desde los sindicatos de la Ciudad solicitan que se entreguen notebooks y se proporcionen antenas a los efectos de evitar la propagación del covid-19 en profesores, estudiantes y familiares. Desde el Ejecutivo local afirman que no existe riesgo alguno.
La semana pasada, la titular de la cartera educativa de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña mantuvo una reunión con colega nacional, Nicolás Trotta, y establecieron un protocolo con el objetico de reabrir los colegios que se utilizarán como «espacios digitales». Serían 634 establecimientos educativos entre los cuales se encuentran 464 primarias y 170 secundarias que a partir del lunes 31 de agosto reabrirán para que los estudiantes que no poseen dispositivos o Internet puedan concurrir a las instituciones de educación y allí conectarse.
Frente a esta moderna iniciativa, la Multisectorial por la Escuela Pública brindó una conferencia de prensa con la intención de repudiar las declaraciones del alcalde porteño y exponer dos propuestas para garantizar el derecho a la educación y a la conectividad, sin arriesgar la salubridad de la comunidad educativa. Los sindicatos docentes porteños a su vez rechazaron la decisión.
Por su, durante la jornada de hoy el titular de la cartera de Salud porteño, Fernán Quirós afirmó: «Lo que la ministra Acuña está proponiendo no es la apertura de clases ni la presencialidad de los maestros, así que no veo ningún riesgo». Y sostuvo que la medida significa «un apoyo para los que necesitan un lugar más cuidado, con un protocolo muy cuidado y en muy pequeño número de alumnos».
Las afirmaciones del funcionario rechazan lo que denuncia la secretaria general del gremio Unión de Trabajadores de la Educación –UTE-, Angélica Graciano, quien planteó que abrir las escuelas «pone en riesgo la salud de los chicos» y los convierte en «sujetos de asistencia» en lugar de «sujetos de derecho». Y alertó: «La brecha digital es brecha educativa. Y a la brecha educativa no se la resuelve estigmatizando. La solución está en las políticas públicas que equiparan condiciones y garantizan derechos».