De ésta forma lo comunica la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires la cual informó que, para no caer en la pobreza, una familia de cuatro integrantes, necesitó en septiembre ganar $993.854.
Al mismo tiempo, la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires publicó los datos correspondientes al mes de septiembre e informó que una familia tipo, compuesta por cuatro personas, dos adultos y dos menores, debe ganar entre $1.548.416 y $4.954.931 para ser de clase media.
Por otra parte, para no caer en la pobreza, la misma composición familiar, necesitó en el noveno mes del año ganar al menos $993.854, es decir, un 2,86% más respecto a la cifra de agosto. Asimismo, precisaron que un hogar de las mismas características debió contar con $545.182 para no ser considerado indigente.
En tanto, las cifras de la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad indican que, en relación con un año atrás, la línea de pobreza se encareció 208,44% (pasó de $322.275 a $993.854). Indica una baja levemente menor a la inflación promedio interanual que, en CABA, fue de 218,8%.
Asimismo, partir de los números publicados, se observó que la línea de indigencia subió en septiembre un 1,62%, la de pobreza un 2,86% y el piso para ser de clase media un 3,1%.
Por otra parte, con relación a diciembre de 2023, la línea de indigencia se incrementó un 46,85%, la de pobreza un 100,45% y el piso de la clase media creció un 107,56%.
A la vez, un informe advirtió que la gente perdió un 12% de poder de compra en el último año.
Por otro lado, de acuerdo a la UCA, «la población perdió alrededor de un 12% de poder adquisitivo durante el período 2° trimestre 2023 y 2° trimestre 2024». A la vez, perdieron todos los estratos, pero la caída de ingresos fue más pronunciada entre los sectores bajos.
Como arrojó el INDEC, la pobreza y la desigualdad crecieron y eso tiene correlato en un trabajo de la UCA según el cual en el último año los ingresos de la población cayeron un 12% promedio, cosa que se expresó en todos los segmentos social pero de manera mucho más marcada en los estratos más bajos.
Según un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina denominado «Cambios en el bienestar y la distribución del ingreso», entre el segundo trimestre 2023 e igual período del 2024 se evidenció un empobrecimiento de la población sustentado en la «pérdida de capacidad de consumo en un escenario de alta inflación», la ausencia de mejoras en los ingresos y el «aumento acelerado de los precios».
«El estrato más bajo fue el que debió afrontar una caída más significativa de su poder de compra. De esta forma, se amplía la brecha de ingresos en los estratos más bajos con respecto a la línea de indigencia y pobreza», muestra el informe, ya que, pese a que el deterioro en los ingresos afectó a todos los estratos sociales, afectó en mayor medida a los sectores más vulnerables.
Al mismo tiempo, el ingreso promedio de la población disminuyó de 330.658 pesos a 289.562 pesos (medido a precios del segundo trimestre de 2024), una caída del 12,4%. Sin embargo, en el quintil más rico (20% más rico), la caída fue del 8,9%, mientras que en el quintil más pobre la caída en los ingresos ascendió al 16,1%, casi el doble.
«El período 2023-2024 se caracteriza así por un deterioro del bienestar, pero diferenciado al interior de la estructura social», indica el informe y agrega: «Todos pierden, pero los estratos más bajos pierden más en términos absolutos y relativos. Esto da lugar a una profunda caída del bienestar económico y a una distribución de los ingresos más regresiva».
A la vez, los autores del trabajo sostienen en igual sentido que hubo un descenso en términos reales del volumen de ingresos de los hogares que proviene del mercado de trabajo, como también en los recursos monetarios no laborales. «Se mantienen desigualdades estructurales en lo que refiere a la composición de los ingresos de las unidades domésticas: estratos bajos con mayor dependencia de ingresos no laborales y una mayor participación de ingresos laborales entre los hogares de estratos más altos», indican.
Por otra parte, el informe indica que durante el segundo trimestre del 2024, el 20% de la población de menores ingresos se apropia de apenas el 5% de los recursos monetarios totales, mientras que el 20% de mayores ingresos concentra el 49,3%.
Es por esa causa que los especialistas advirtieron un crecimiento en los niveles de desigualdad. «Esto se refleja en un incremento del índice de desigualdad de Gini, así como también un leve aumento de las brechas de ingresos entre quintiles extremos», expresaron. A la vez, la semana pasada, el INDEC reportó que el coeficiente de Gini creció del 0,417 al 0,436 en el segundo trimestre.
Por otra parte, pese a la notoria caída de ingresos en relación a 2023, el informe asegura que en la comparación intertrimestral del primer período del 2024 con el segundo se evidencia, por un lado, «una desaceleración en el ritmo del incremento del precio de los bienes y servicios» y, por otro, «una leve recuperación de los ingresos reales».
En tanto, la capacidad de compra del ingreso medio real de la ocupación principal aumentó un 7%. Esto se debe a que el mayor crecimiento en los precios se dio en diciembre y enero, cuando la inflación alcanzó picos de 25,5% y 20,6%, respectivamente. A la vez que durante el segundo trimestre, el alza se moderó, pese a que no dejó de crecer.
A la vez, aún están lejos de volver a niveles del año pasado, debido a que lo perdido se dio fuerte y principalmente en la primera mitad de 2024 y aún no se puede recuperar.