En el barrio porteño de Saavedra rindieron homenaje a las Madres de Plaza de Mayo, al cumplirse cuarenta y cinco años de su lucha. Estuvieron presentes Taty Almeida, vecinas, vecinos e instituciones de la comuna, donde celebraron los cuarenta y cinco años de las Madres de Plaza de Mayo, las Madres del Pañuelo Blanco. Asimismo tuvieron una participación especial Ignacio Copani y el grupo La Chilinga.
A pocos días de que se cumplan los cuarenta y cinco años de aquella primera marcha de las Madres de Plaza de Mayo, la Mesa por Memoria y Derechos Humanos, perteneciente a la Comuna número doce – junto a otras entidades sociales, civiles y de derechos humanos – rindieron homenaje a las Madres con una jornada colmada de cultura y la instauración de una placa de bronce. El acto contó con la presencia de Taty Almeida, abuelas, familiares e hijos, como así también del diputado de la Ciudad y Secretario General Adjunto del Sindicato Unico de Trabajadores del Estado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (SUTECBA), Alejandro Amor y el comunero Pablo Ortiz Maldonado; un recital cuyas figuras emblemáticas fueron Ignacio Copani y La Chilinga; y una gran cantidad de ciudadanos que fueron parte de la fiesta del día sábado que se colmó de alegría y memoria.
En el barrio porteño de Saavedra, más precisamente en la Plaza Madres del Pañuelo Blanco, sito en la esquina de las intersecciones de las avenidas Ricardo Balbín y Roberto Goyeneche, los pañuelos blancos fueron protagonistas una vez mas ya que se colgaron una gran cantidad de banderines con el fin de decorar el lugar; como así también se alzaron como bandera. Se brindaron espectáculos musicales, muestras fotográficas, dibujos y esculturas y juegos recreativos. La conclusión de la jornada se encontró a cargo de los tambores de La Chilinga, y las canciones y el humor de Ignacio Copani.
El momento más importante de la jornada fue el descubrimiento de la placa en homenaje a Madres Plaza de Mayo Línea Fundadora, que dice: “A cuarenta y cinco años de la primera ronda. Homenaje de la Comuna doce a la lucha, el coraje y la resistencia civil a la dictadura. Por Memoria, Verdad y Justicia”, reza, junto con la firma de la Mesa por Memoria y Derechos Humanos de la Comuna doce y la Legislatura de la Ciudad. En breve será colocada de forma oficial, junto a una fijada en dos mil diecisiete, por los primeros cuarenta años. Estará en torno al ombú que da a Goyeneche.
Taty Almeida fue aquella madre designada para recibirla, en representación de las Madres de Plaza de Mayo. Y sus palabras, fuertes y seguras, fueron recibidas con un sinfín de aplausos por parte de todos y todas los asistentes. En ese “momento entre gente amiga, gente solidaria, gente con memoria”, la mamá de Alejandro Almeida, desaparecido el diecisiete de junio de mil novecientos setenta y cinco, recordó cómo fue aquella primera ronda en la Plaza de Mayo que no fue en torno a la pirámide – como luego se haría costumbre – sino en torno al Monumento a Manuel Belgrano que se encuentra frente a la Casa Rosada. Cómo aquel sábado treinta de abril de mil novecientos setenta y siete, catorce mujeres se encontraron para reclamar por el paradero de sus hijos e hijas y que, obligadas a “circular” por la policía, tomadas de los brazos iniciaron lo que se convertiría en uno de sus principales símbolos: las rondas.
“Ha sido un día muy especial, el primero en que nos están agasajando porque después tenemos el treinta de abril”, expresó Taty Almeida a la prensa local, agradeciendo a su vez a la “gente tan solidaria”, así como a la Comuna número doce; a su referente Pascual Spinelli; al Ministerio de Cultura que participó de la organización representado por Fabiana Almeida – hija de Taty y hermana de Alejandro -, directora de Derechos Humanos en Cultura; a Ignacio Copani y a La Chilinga; y su locutor permanente, Orlando Santos.
“Ha sido muy emotivo porque en mí, que me aplauden y todo, están todas las Madres, y sobre todo los 30 mil”, subrayó Taty. “Así que sinceramente muy emotivo, pero además, muy alegre, porque así recordamos a nuestros hijos: con alegría”, agregó, con mucha y cálida emoción.
Paralelamente, y como hace habitualmente en sus intervenciones desde hace ya larga data, destacó la función de la juventud en la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. “Nosotros confiamos y estamos seguros de que la juventud, y cada uno desde su lugar, son el recambio”, indicó sobre “la militancia maravillosa”. “Porque militancia es eso: es compromiso, el compañerismo, es ayudar al otro, más allá del partidismo”, esgrimió, y aseguró que “la tranquilidad de las pocas madres que quedamos” está en ellos y ellas.
En tanto, Alejandro Amor, diputado de la Ciudad y actual secretario general adjunto del SUTECBA, expresó que es “un honor y un orgullo” poder compartir el momento y seguir aprendiendo del “compromiso y del ejemplo” de esas Madres que se pararon frente a la dictadura. En comunicación con la prensa local, aprovechó a su vez para señalar que es necesario dejar de lado las discusiones menores y reafirmar la unidad de la fuerza Frente de Todos más que nunca, “porque ese es el compromiso que ellas nos marcaron, y ese es el compromiso que debemos reafirmar hacia adelante, en unidad, con el ejemplo que nos dieron, con el ejemplo que nos dan y con el ejemplo eterno que nos dejan”.