A través de la División Oftalmología del Hospital de Clínicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, alertaron que los anteojos de sol de mala calidad podrían provocar afecciones como maculopatías. Los profesionales aseguran que estos anteojos, podrían hacer que “entren mayor cantidad de rayos y provoquen mayor lesión de la célula de la mácula”.
Un lente de sol de mala calidad, o sea, con filtros ultravioletas de baja efectividad, podría provocar lesiones oftalmológicas que van desde queratitis y cataratas a daños en la retina, tales como la maculopatía, alertaron desde la División Oftalmología del Hospital de Clínicas con sede en territorio porteño.
El profesional del nosocomio, Federico Basbus, aseguró que un anteojo de sol de mala calidad podría hacer que “entren mayor cantidad de rayos y provoquen mayor lesión de la célula de la mácula” que en condiciones de normalidad y sin ningún tipo de protección.
Al igual que la pupila “en condiciones de oscuridad se agranda”, lo mismo sucede cuando se le anteponen “anteojos oscuros” como los de sol, con la gravedad de que “van a estar entrando más rayos ultravioletas, y si los filtros (utravioletas del cristal) son de mala calidad y no lograr filtrar la luz” lo que va a pasar es que “entre mayor cantidad de rayos y provoquen mayor lesión de la célula de la mácula”.
“La mácula, es decir aquella región del ojo encargada de la discriminación de formas y colores, cumple una determinada cantidad de procesos fotosensibles y las diferentes ondas ultravioletas que emana del sol puede generar daños directos a la estructura celular (de la mácula) lo que conocemos como maculopatía solar, que es la primera lesión que causan este tipo de lentes”, indicó.
El médico subrayó que paralelamente “el uso de lentes de sol de baja calidad puede ocasionar cefaleas, visión de halos o luces, efecto prismático o distorsión en la vista”.
Basbus admitió: “Para que sea de buena calidad no necesariamente tiene que ser un anteojo caro. Una forma de asegurar el control de la calidad es adquirirlos en lugares habilitados a tal fin, no en la calle ni en negocios de venta de mercadería genérica”.
Asimismo, los lentes de sol pueden agregar “la graduación de lentes que la persona usa normalmente” por su diagnóstico de miopía, astigmatismo o hipermetropía “ayudando a mejorar la calidad visual”; pero también contener filtros de nivel bajo, medio o alto “según su capacidad de absorber la luz molesta”.
“Hay diferentes grados de filtros ultravioleta para diferentes categorías de exposición a la luz solar porque no es lo mismo la exposición en una ciudad, una playa o incluso en la nieve”, ahondó.
Usar un filtro inadecuado para la actividad que se lleva a cabo, podría provocar dificultades en la visión, como ocurre cuando se usan lentes con un filtro de luz aumentado para conducir en la noche.
“También, si los anteojos de quienes están en la nieve tienen un filtro de absorción baja pueden causar queratitis, cataratas o lesiones en la retina”, expresó Basbus.
El color de ojos a su vez es una variable a tener en cuenta para elegir los lentes de sol.
En tal sentido, el oftalmólogo agregó que “A la hora de elegir nuestros anteojos de sol, es importante tener en cuenta el color de nuestros ojos, ya sean más claros o más oscuros. También dependerá mucho de la actividad que estemos desarrollando y, por supuesto, si llegase a existir alguna patología ocular”.
“Por ejemplo, si tenemos los ojos más claros, debemos utilizar lentes de una tonalidad más oscura para que logren filtrar mejor la luz. Los filtros de colores sepia suelen ser una buena opción tanto para ojos claros como oscuros ya que logran resaltar muy bien los contrastes”, concluyó.